2022 era un año que prometía mucho para la construcción de viviendas, pero los datos tiran por tierra esas previsiones. Este año que acaba se construyeron 111.998 hogares nuevos, según datos del Registro Único de Vivienda recogidos hasta el mes de octubre. Esto es una caída de más del 17% que coloca al sector incluso por debajo de 2020, el año más duro de la pandemia.
Los analistas exponen que uno de los principales factores es que el mercado inmobiliario se inclinó hacia la vivienda usada, lo que provocó que las constructoras echasen el freno. Sin obviar la enorme inflación que está golpeando al sector, especialmente por las materias primas. La guerra de Ucrania está físicamente lejos, pero sus efectos se notan también en México, sobre todo a nivel de suministros. El otro factor es la subida de tipos de interés que disuade a los ciudadanos a la hora de hipotecarse.
Todo ello forma un cóctel negativo que afectó sobremanera al sector en 2022, pero hay señales de que la tortilla puede girar este año nuevo. “Los constructores leyeron una menor demanda y están registrando menos proyectos, hay una moderación en el inventario de la vivienda. A diferencia de 2011, cuando no leyeron la caída de la demanda, creemos que ya es un mercado maduro”, explicó el economista jefe del BBVA, Carlos Serrano, en el anteriormente citado informe.
Por desgracia, la guerra parece que va a continuar en Ucrania, pero el flujo de suministros se ha reactivado parcialmente gracias a otros mercados, y los expertos apuntan que las constructoras deben tener más fondo de materias primas debido al parón de los meses anteriores.
Residencias turísticas
Otro punto a tener en cuenta en 2023 será el de las residencias turísticas. Todo indica que este subsector va a crecer, con Estados como Quintana Roo, Baja California y Nayarit tirando de él. Hay que tener en cuenta las complejidades de este mercado, ya que depende del turismo, muy castigado estos años por la pandemia. Con la aparente llegada de la normalidad, parece que la demanda de viviendas vacacionales se reactivará.
Y enlazando con este tipo de residencias, se puede hablar de las viviendas sustentables, que cada vez son una tendencia mayor en México. Muchas constructoras innovan con proyectos novedosos en los hogares turísticos, con techos con paneles solares, sistemas de reciclaje de agua y con procesos de construcción más ecológicos. Algo, por supuesto, exportable a las grandes ciudades.
Naves industriales y nearshoring
Otra tendencia que ya experimentó un crecimiento en 2022 y que puede consolidarse este año es el de la construcción de naves industriales. A finales de curso, había más de cinco millones de metros cuadrados en los que se estaban levantando estos espacios de trabajo, según un informe de la empresa de análisis inmobiliario Solili. La cifra significa un considerable aumento respecto a pasados años, lo que ayudará al impulso que necesita el sector.
Este auge tiene mucho que ver con el nearshoring, que está creciendo como la espuma en México. El nearshoring básicamente es la externalización de los servicios de una empresa por medio de subcontratar la producción a otras compañías en el extranjero. Nuestro país es uno de los destinos más atractivos para empresas manufactureras de Estados Unidos y China, que optan por reubicar sus centros de producción en suelo mexicano.
Este fenómeno hará que las obras industriales sigan en aumento el próximo año si todo sigue su curso actual. “En México, algunos sectores ya alcanzaron e inclusive superaron los niveles prepandemia, por lo cual esperamos un dinamismo relativamente favorable entre los sectores que no han regresado a los niveles previos. Sin embargo, nuestro país sigue teniendo un panorama macroeconómico sólido, especialmente porque el nearshoring es un factor estructural que brindará mayor dinamismo a nuestra economía”, declaró Carlos Sánchez, economista jefe de la financiera HSBC.
Este último factor será importante para que el sector de la construcción mantenga su buen pulso en México. Cierto es que la incertidumbre global puede afectar dentro de nuestras fronteras, pero la economía nacional se ha mantenido sólida en 2022 y se espera que siga igual o mejor en 2023.