El objetivo primordial del almacenaje es ubicar la mercancía de la mejor forma posible reduciendo costes.
Para conseguir este objetivo principal, es necesario establecer un flujo de mercancías y establecer una serie de objetivos secundarios:
1. Rotación del stock controlada
2. Tener accesibilidad a todas las mercancías realizando el menor número de traslados
3. Máximo aprovechamiento de la capacidad de almacenamiento tanto en altura como en superficie.
4. Conseguir llevar los recuentos y los inventarios con facilidad, además de conocer el estado en el que se encuentran los productos.
El almacenaje de mercancías consiste, principalmente, en ubicarlas en las zonas que están destinadas para conservación y depósito.
La distribución de las mercancías depende de dos factores básicos:
1. La utilización del espacio disponible.
2. La forma en la que se colocan los productos.