En los últimos años, las empresas han enfrentado enormes retos y experimentado una increíble cantidad de cambios. 2023 no será diferente: los negocios deberán seguir haciendo frente tanto a las secuelas de la pandemia y de la guerra en Ucrania, como a distintos retos económicos y ambientales.
Sobra decir, sin embargo, que la tecnología ha sido justamente uno de los factores fundamentales en la paulatina recuperación que registran las empresas a nivel mundial y que más ha contribuido para que éstas puedan volverse más resilientes ante posibles perturbaciones futuras.
¿Cómo seguirá impulsando la tecnología este avance? Me permito compartir con ustedes algunas de las principales tendencias que probablemente predominarán en este rubro en 2023 y que sin duda empujarán el desarrollo de sectores industriales clave, abriendo camino hacia un desarrollo más dinámico y sostenible.
Las empresas se enfrentan hoy a una presión cada vez mayor para frenar el consumo de energía, reducir las emisiones de carbono y crear instalaciones más sustentables y saludables. Hay un motivo urgente para ello: los edificios comerciales representan actualmente un tercio del consumo de energía mundial y el 37 % de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía. Para contrarrestar esto, existen nuevas tecnologías que aprovechan los algoritmos de inteligencia artificial y machine learning para identificar e implementar de forma autónoma medidas que eficienten los recursos como la energía, investigando, analizando y optimizando el desempeño del edificio constantemente. Con esta data, los dueños de los edificios pueden diseñar una ruta de acción para lograr metas de reducción de la huella de carbono, no sólo mejorando la eficiencia energética, sino también el bienestar de los ocupantes de los edificios.
Vuelos sustentables y eficientes
Tras la relajación de las restricciones aéreas post covid, se espera -de acuerdo con datos de la IATA- que la industria de la aviación internacional finalmente muestre señales de recuperación en 2023, transportando, tan sólo en el sector de la aviación comercial, a más de 4 mil millones de pasajeros en todo el mundo. Esta situación no hará más que aumentar la presión a las aerolíneas por avanzar en sus metas de reducción de la huella de carbono y de generar un menor impacto en el medio ambiente, siendo que el sector aeronáutico contribuye con al menos 2.5% de las emisiones de carbono en el mundo y es responsable de alrededor del 12% de las generadas por medios de transporte.
En este sentido, los avances tecnológicos basados en el análisis de datos en esta industria son cruciales, y podrían representar, por ejemplo, ahorros de combustible. Una de estas nuevas tecnologías permite obtener un análisis avanzado de la trayectoria del vuelo a través de algoritmos también basados en machine learning, que detectan automáticamente eventos y procedimientos diversos. Asimismo, la plataforma analiza múltiples fuentes de datos de manera simultánea y compara desempeño, lo que facilita tomar acciones que derivan en una mayor eficiencia de las operaciones. Sin duda, este tipo de desarrollos podrán contribuir a que la industria de la aviación logre cumplir con el objetivo “cero emisiones” para 2050.
Los combustibles SAF se producen convirtiendo materiales fácilmente disponibles en un sustituto directo del petróleo crudo. Algunos de esos materiales incluyen semillas de mostaza y soya, aceites no comestibles -como aceite de cocina usado- y grasas animales, y se espera que pronto pueda utilizarse la biomasa sostenible, como recortes forestales y residuos de cosechas. El resultado es un combustible químicamente idéntico al gasóleo derivado del petróleo y que puede utilizarse sin modificar la tecnología aeronáutica.